David Cabrera Zapata lleva el diseño en la piel. No es solo un profesional del trazo y la línea; es un creador que entiende que, en su caso, el arte es una forma de construir caminos, de abrir puertas. Esa claridad no siempre fue tan evidente, pero en su memoria persiste una imagen definitiva: un café en Bogotá, sus padres y un mensaje que cambiaría el curso de su vida: "Estábamos en la fila y cuando me llegó el correo de la beca, mis papás gritaron de la emoción. Yo también. Fue un día demasiado feliz”, recuerda.
El camino hacia ese momento inició en un aula de colegio, con la pasión por escribir, por capturar instantes en fotografías y crear arte visual: “Amaba escribir, la fotografía, el arte, el video… pero no quería limitarme a uno solo”, cuenta David. Fue esa inquietud la que lo condujo al programa de Diseño en la Universidad de los Andes, un lugar donde la palabra "límite" parecía no aplicarse. En esa decisión se entretejían sus influencias familiares: una madre dedicada y disciplinada que también había estudiado becada en Uniandes y un padre que, con esfuerzo y dedicación, siempre le inculcó la importancia de la excelencia y la perseverancia.
La vida de David es una suma de grandes momentos, uno de ellos ocurrió en Fortaleza, Brasil, donde recibió un ‘Latin American Design Award (LAD)’ en la categoría de Diseño Editorial para Estudiantes: “El LAD es un premio muy importante a nivel Latinoamérica, donde participan todos los países. Fue increíble, una confirmación de que estaba en el camino correcto”. Poco después, sumó un ‘Lápiz de Acero’ en la misma categoría, un premio de diseño colombiano que simboliza la cima del reconocimiento en el país. Este año, la Facultad de Arquitectura y Diseño también fue reconocida como la ‘Escuela del Año’, un logro que siente tan propio como sus premios individuales.
Pero David no se limita a acumular logros en su currículum; cada uno de ellos es un paso más hacia un futuro prometedor. Actualmente, trabaja como diseñador en su alma mater y, en paralelo, asiste en una investigación con una profesora en Canadá, un vínculo que comenzó cuando realizó una pasantía en ese país durante los últimos semestres de su pregrado: “Precisamente fue la formación interdisciplinar y vanguardista que recibí en el programa de Diseño lo que me ha permitido tener un enfoque abierto, y fue de lo que más se valoró en mi pasantía”.
Uniandes no solo le dio conocimientos técnicos; le cambió la forma de ver la vida. Recuerda con cariño una clase en particular, ‘Estudio 4: Tecnología y Cultura’, una experiencia que describe como “trascendental”, que le permitió explorar el diseño de una manera mucho más profunda: “Descubrí una forma de hacer diseño que me pareció fascinante, de abrir más preguntas que responderlas, de conciliar mi sensibilidad gráfica y creativa con un rigor investigativo, de especular sobre un futuro mejor”.
David sabe que su historia también pertenece a su comunidad. En un país donde la desigualdad a menudo parece insuperable, la beca Quiero Estudiar le permitió a él y a su familia creer en las oportunidades que trascienden las barreras económicas: "A veces, en Colombia, uno se cansa con tanta desigualdad y corrupción, pero esta beca demuestra que el mérito también vale, que si uno se esfuerza puede abrirse su propio camino", explica convencido de que la educación puede ser una fuerza transformadora.
Al mirar al futuro, David no se ve solo como un diseñador; se ve como parte de un legado de cambio y responsabilidad. Sueña con vincularse a la academia, un entorno que le permita investigar y expandir las fronteras del diseño.
Ahora, David comparte un mensaje inspirador con otros estudiantes que sueñan en grande: "Que siempre lo hagan y lo intenten, a veces uno es la primera persona en darse el "no". Muchas veces uno es mejor de lo que cree, así que siempre vale la pena intentarlo, la vida siempre te sorprende. Adicionalmente, tambien les diría que se esfuercen mucho, construir un registro solido es lo que me ha abierto oportunidades".
Al final, su historia es la de alguien que apostó por sus sueños y ganó, y que entiende que el verdadero diseño está en cada paso, en cada elección y en cada pequeño gesto de perseverancia que, juntos, construyen el futuro.